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Entrevista a Gabriele Clementi – Presidente de El.En.

Este año celebramos el 40 aniversario de El.En. ¿Cómo nació esta realidad? ¿De dónde sale?

La historia es muy parecida a las que suelen contar el nacimiento de gracias a las empresas stadounidenses. El.En. nace en Florencia en un apartamento de 3 habitaciones propiedad de mi familia. Apartamento que, dado el vínculo emocional, nunca hemos vendido. En 1976, al comienzo de mi licenciatura, decidí comenzar una pequeña scutido la tesis y quien, al ver que la pequeña se expandía y tenía un buen potencial de crecimiento, decidió unirse a mi proyecto. Con entusiasmo acepté de inmediato, con una cláusula imprescindible: en mi empresa no debería haber estado el profesor, sino su esposa Barbara Bazzocchi. Esto es por una simple razón, porque tenía experiencia administrativa y un fuerte espíritu empresarial. A principios de los 90 fundamos DEKA, a partir de la fusión de tres empresas y, tras habernos establecido en Toscana, también nos expandimos más allá de las fronteras regionales gracias al trabajo de agentes y distribuidores.

La peculiaridad de El.En. es tener una historia importante, nunca olvidada, pero con la mirada siempre lista para interceptar el futuro. ¿Cómo logras compartir estos dos aspectos de tradición e innovación? Con unas pocas palabras simples.

Pasión y no tener miedo al trabajo. Pero, sobre todo, mantener siempre un enfoque humilde ante los problemas y el mercado, sin nunca ser presuntuosos. Siempre me he empresa unipersonal, ya que nunca aceptaría un trabajo y mi interés era hacer negocios. Esta pequeña empresa fabricaba sistemas electrónicos que iban a sustituir a los sistemas electromecánicos de los telares. Posteriormente, amplié el negocio gracias a una colaboración con la Universidad de Florencia para trabajos relacionados con el sector hidráulico en la región de Toscana. En 1981 hubo un punto de infl exión. Me encontré con el profesor Leonardo Masotti, con quien había dicentrado mucho en este último aspecto y lo he recomendado a todos aquellos que han trabajado conmigo. Para tener ambas almas ligadas a la tradición y la innovación se necesita mucho esfuerzo. Estamos convencidos de que es necesario tener una fuerte política de presencia directa en los mercados con nuestras marcas, pero también un diálogo con algunos competidores complementarios. Como ocurre en el mundo de la automoción, que a menudo se anticipa a las tendencias del mercado, el mundo de la tecnología avanza hacia costes cada vez mayores. Para mantenerse en la cresta de la ola, estos costes deben amortizarse con colaboraciones y fusiones. Personalmente hace 30 años ya entendí lo importante que era crear una sinergia de varias realidades con una dirección de supervisión que permita aprovechar al máximo el contexto. En una empresa como la nuestra, no basta únicamente con marketing, sino que también se necesita una fuerte innovación.

Si tuvieras que hacer un resumen de estos primeros 40 años del Grupo, ¿cuáles serían los hitos y los grandes objetivos que recordar?

Son muchas las anécdotas y momentos concretos que han marcado nuestra realidad. Me gusta recordar un par. En los años 90 nos contactó la agencia espacial italiana para el pedido de electrónica de potencia para el cañón electrónico montado en el transbordador espacial con motivo del experimento “Tethered Satellite”.

Fue un desafío que muchas empresas de importancia habían rechazado. Por otro lado, como empresa pequeña y con el coraje que da la inconsciencia, consideramos posible la realización del proyecto, que terminó con excelentes resultados. Unos años más tarde, Quanta, con otra actividad de alto nivel, creó el láser lidar, utilizado para crear mapas del agujero de ozono. Se montó en un avión ruso y, en la Antártida, se supervisó la gravedad del agujero de ozono. Actualmente, el láser se encuentra en el museo de Aeronáutica de Milán. Otro momento clave de nuestra empresa fue la salida a bolsa en diciembre de 2000. Se produjo después de mi viaje a China en 1999 que, en los últimos días, me llevó a Hong Kong. En dicha ocasión, hablé con algunos operadores del mercado de valores que me ofrecieron una cotización en bolsa para el Grupo. De vuelta en Italia, hablé de ello con todos los socios y la Sra. Bazzocchi inmediatamente aceptó la idea, iniciando una serie de contactos sentaba el 50 % del mundial. El.En. ha crecido cada vez más a lo largo de los años hasta convertirse en un líder mundial en la industria del láser. ¿Cuál es la peculiaridad de la empresa? ¿Cuáles son las características que la hacen única? Nuestra voluntad siempre ha sido apostar por el desarrollo tecnológico, haciendo del Grupo un motor de innovación. Pero, por otro lado, en algunas Circuncon bancos fi nalizados posteriormente por Andrea Cangioli con gran efi cacia. Así fue como nos encontramos en el Gallia de Milán para la noche de gala con las acciones cotizadas a 26. Sin embargo, durante la noche el mercado estadounidense colapsó y todas las bolsas de valores del mundo se vieron afectadas. Pasamos entonces de la euforia de la cotización a volver a casa decepcionados y con un bocadillo en el Autogrill. Tras un año el título bajó a 9, pero nunca nos detuvimos, el trabajo siempre iba muy bien y continuamos creciendo. Y la cotización también representó el inicio del desembarco en el mercado estadounidense, que en ese momento represtancias también podemos ser seguidores. Y, en este caso, lo somos con cuestiones que realmente nos interesan y pueden representar oportunidades de crecimiento. Nuestro enfoque debe permanecer en el láser y las aplicaciones de alta tecnología. La verdadera garantía es estar mano a mano con la innovación. Siempre hemos llegado al mercado con una producción continua de ideas y en 40 años no hemos parado de crecer. Esto es lo que más nos enorgullece.

Entrevista a Gabriele Clementi – Presidente de El.En.